Efe / Una exposición de fotografías de Agustí Centelles (1909-1985) durante la Guerra Civil y que se exhibe desde ayer en Zaragoza ha permitido que uno de los protagonistas que sufrieron la contienda, un niño que huyó de los disparos con su madre y hermanos, vuelva a recuperar una imagen clara de su pasado.
Se trata de uno de los hijos de Nicolasa Galindo, una mujer a la que la cámara Leica de Centelles captó mientras escapaba, un mes después del inicio de la guerra, de la localidad de Tardienta en dirección a Alcubierre. Una fotografía, un instante congelado en el tiempo que ha permitido al hijo de Nicolasa revivir un momento que había sepultado en las brumas de un recuerdo de infancia en el que todavía retumba el bramido de las balas y de los cañones.
Los comisarios de la muestra (todo) Centelles. 1934-1939, Joaquín Gasca y Antón Gasca, quisieron contar en la exposición con la presencia de una de las pocas personas que se han podido identificar en las instantáneas que el fotógrafo hizo en el frente de Aragón.
La fotografía de Nicolasa Galindo y de sus hijos caminando bajo el sol de agosto en dirección a Alcubierre es una de las 83 imágenes de Centelles que se exponen hasta el próximo 11 de enero en Zaragoza sobre la Guerra Civil, en una gran parte en los frentes de Aragón y de Cataluña. De una importancia histórica similar a las realizadas por Robert Capa y Gerda Taro, las fotografías de Centelles documentan momentos históricos cruciales, como las primeras horas del golpe militar en Barcelona o el frente aragonés, pero también describen en silencio el dolor atónito de los desplazados y de las víctimas.
Centelles pudo sacar de España su archivo fotográfico y ponerlo a salvo en el campo de concentración de Bram, en Carcasona (Francia), en el que fue recluido al término de la Guerra Civil. Así lo recuerda uno de los hijos del fotógrafo, Octavi Centelles, para quien su padre es «el gran olvidado del fotoperiodismo», un represaliado que a su vuelta a España, una vez que no le fue necesario esconderse, le fue retirado su carné de prensa y se tuvo que reinventar para poder trabajar».