Eloisa Otero. El Mundo. El fotógrafo leonés Jesús RR, miembro del grupo Focus, muestra en el ‘Espacio emergente’ del Centro Leonés de Arte (en el palacete de la Avenida Independencia, dependiente del Instituto Leonés de Cultura) una video-instalación titulada ‘De los pasos y las sombras’, que se podrá visitar hasta el próximo 6 de marzo.
Jesús RR, cuyo verdadero nombre Jesús Redondo Robles (Villarente, León, 1961), utiliza la técnica fotográfica y sus extensos aledaños como un medio esencialmente creativo que sirve para formular sus proyectos artísticos y sus inquietudes intelectuales.
Para esta video-instalación ha utilizado sus propias grabaciones en vídeo, con música de Djogo, un jóven músico brasileño afincado en León, mientras que María Alonso Lescún ha estado a cargo de la edición.
Como explica Elena Lafuente en el tríptico explicativo del proyecto, ‘De los pasos y las sombras’ es una video-proyección grabada en la ciudad de León y que junto con otras dos y compartiendo la misma música, forman una instalación concebida para la exposición conmemorativa del XXV aniversario de FOCUS, asociación a la que pertenece Jesús RR desde sus inicios.
Como si de la Caverna platónica se tratara, la proyección ‘De los pasos y las sombras’ se presenta «como un desfile sucesivo y espontáneo de todas aquellas sombras que durante un tiempo determinado procesionan por delante de una cámara situada en un punto fijo. En este sentido, el espectador se pone en la piel de los Prisioneros del mito platónico, cuyos ojos podían contemplar solamente la proyección oscura de los cuerpos paseantes del mundo real, es decir, la proyección de su Apariencia».
Para Elena Lafuente, «nos hallamos frente a una de las concepciones no poco debatidas a lo largo de la Historia de la Filosofía: la dicotomía apariencia- realidad con la intención de reflexionar acerca del grado en el que nadamos en el ámbito de la existencia aparente de las cosas y lo que hay detrás de ellas, teniendo en cuenta que dicha dicotomía es inseparable y necesaria».
Por otro lado, la proyección pretende ser también «un relato menos metafísico, un experimento que aborda el retrato de los habitantes de una ciudad determinada a partir de sus sombras y variando el ritmo de las mismas, convirtiendo al espectador unas ocasiones en integrante del cortejo, y otras en voyeur del mismo».
Luis García, director del Departamento de Arte del ILC, apunta que esta intervención de Jesús RR supone «un salto cualitativo muy importante en su trayectoria, al generar aperturas espaciales de gran interés». Por otra parte, con este proyecto el fotógrafo se sitúa «en ese territorio amplio y complejo de investigación de la video-instalación, alejándose en cierto modo de la fotografía. El espacio arquitectónico se convierte en el centro de la experimentación y tratamiento por medio de la articulación de cuatro proyecciones que circundan el espacio de forma envolvente». Esta situación provoca la participación activa del espectador en el proyecto cuando se desplaza por la sala y se convierte en un elemento receptor de parte de las imágenes emitidas, generando al mismo tiempo nuevas siluetas sobre el espacio intervenido.
Cuatro video-proyecciones que confluyen al entrar en la sala, el espectador se encontrará con cuatro video-proyecciones simultáneas y diferenciadas.
Las dos primeras son idénticas y se interrelacionan entre sí al proyectarse, de forma simétrica, sobre el techo y las paredes creando una larga franja, en forma de arco sobre el espectador. Las imágenes muestran la circulación anodina y anónima de diversos peatones por un paso de cebra cualquiera de la ciudad. Ambas proyecciones «muestran esencialmente el movimiento de las piernas de los viandantes, creando una neutralidad impersonal que busca, de alguna manera, informar indirectamente del estado o situación de la sociedad leonesa», advierte Luis García.
Una tercera video-proyección se formaliza sobre una cortina de plástico translúcido colgada del techo, que permite la deformación y posterior representación insinuada de las imágenes sobre la pared. Temáticamente plantea el recorrido secuencial del Camino de Santiago por la capital leonesa, desde la llegada por Puente Castro hasta la salida por San Marcos, utilizando un punto de vista muy bajo, a la altura de las rodillas. El sentido itinerante se acentúa por el propio movimiento de la cámara y los cambios de planos. Como bien lo explica y contextualiza García, «curiosamente el Camino de Santiago ha supuesto un elemento fundamental en la dinamización y transformación histórica y cultural de León capital, que hoy parece languidecer desde esa mirada casi a ras de suelo que únicamente se para y fija para mirar al pasado».
La cuarta proyección, que se realiza sobre la pared que se encuentra frente a la cortina de plástico, muestra un plano fijo por el que desfilan siluetas de diferentes personajes que deambulan fugazmente por una calle de la ciudad, una calle casi vacía, triste, sin vida, sin bullicio. «En estas imágenes Jesús RR parece querer reforzar la idea de una ciudad que poco a poco va perdiendo el pulso y, como las mismas sombras, su población está condenada a desaparecer lentamente», matiza Luis García.
Pero la intervención, en conjunto, también contiene una mirada política, con un fuerte sentido crítico, sobre la ciudad. Según escribe García en el pequeño tríptico explicativo, Jesús RR dirige su cámara de vídeo hacia «la situación de deterioro social y humano que se viene produciendo en los últimos años en la ciudad de León. Una sociedad envejecida, con una emigración intensa y en la cual existen muy pocas posibilidades de trabajo, aspecto que se acentúa en el caso de intelectuales y creadores; una ciudad que languidece lentamente sin perspectivas de cambio»
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