Alfredo Merino. Madrid. Asimilamos pintura y escultura a la semana grande del arte en Madrid de manera casi exclusiva. Y dejamos en muy segundo plano otras manifestaciones artísticas. En especial la fotografía.
Es cierto que desde sus orígenes, hace ya 32 años, la feria ARCO ha dado
cabida a
sucesivas manifestaciones del llamado Séptimo Arte. Aunque siempre ha sido con cuentagotas. Asistimos este año a importantes cambios en la tendencia. La aparición de la estimulante y alternativa Jäälphoto, feria dedicada exclusivamente a la fotografía, que vive su primera edición estos días, es claro indicio del protagonismo que está adquiriendo en este contexto.
Mucho más rotunda es la incidencia de tres extraordinarias fotografías recién inauguradas, que se consagran a un singular trío de fotógrafos coincidentes en las salas de la capital estos días. Robert Adams, Manuel Álvarez Bravo y Virxilio Vieitez, muestran sus trabajos en el Museo Reina Sofía, Fundación Mapfre y Fundación Telefónica, respectivamente. Un estadounidense, un hispanoamericano y un gallego. Tres personalidades diferentes, tres singulares interpretaciones del acto fotográfico y, sobre todo, tres reconocidos y reconocibles maestros, que deben incluirse por derecho propio en la gran historia de la fotografía.
Aparte de la maestría que destilan, estos creadores muestran otras coincidencias. La primera es el periodo en que desarrollan su trabajo: gran parte del pasado siglo XX. También en lo prolongado que resulta sus carreras: ninguno baja del medio siglo detrás del objetivo. Lo mismo que su colosal implicación en el acto fotográfico.
Intérpretes de su realidad particular: el Oeste americano, México y la Galicia profunda, sus instantáneas son la más elegante acta notarial que puede elevarse de lugares, situaciones y personajes concretos. Otra feliz coincidencia es que ninguno de ellos ha expuesto jamás en España con muestras tan magnas como las que pueden verse estos días en la capital madrileña