La tragedia de la hambruna es un fenómeno global difícil de resolver. Pero no imposible, y fotógrafos como Pep Bonet ponen de relieve que la clave está precisamente en los habitantes de las regiones más castigadas. Una exposición recoge en Barcelona las fotografías que han llevado al fotoperiodista mallorquín a Tanzania y Bolivia.

Ivan Sánchez.- Aunque la producción mundial de alimentos podría dar de comer a toda la humanidad, cerca de 900 millones de personas padecen hambre. ¿Cuál es la causa de esta paradoja? La respuesta está en la media de 400 kilos de comida que desaprovecha al año una familia de cuatro miembros en un país industrializado. Y precisamente una vitrina con 400 kilos de comida desechada recibe a los visitantes de la exposición «Justicia alimentaria. Sembrando esperanza», que puede verse actualmente en el CaixaForum de Barcelona.

[nggallery id=45]La Obra Social «la Caixa», en colaboración con Intermón Oxfam y la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), organizan una muestra en la que Pep Bonet retrata a quienes sufren y luchan contra esta situación. La propia exposición apunta a un dato que ayuda a entender por dónde discurre la senda de la solución: los más de 200 millones de toneladas de comida que los países ricos tiran a la basura casi equivalen a la producción anual de alimentos de todo el África subsahariana.

Los alimentos que se malogran son por tanto los mismos que pueden frenar el hambre de millones de personas, la mayoría de ellas concentradas en África, América Latina y Asia. A esta contradicción ayudan unas fórmulas de comercialización ineficientes y un modelo de consumo que no se rige por la necesidad, sino por el derroche y el capricho.

Según datos de la FAO, el 80% de la población mundial que pasa hambre se encuentra en zonas rurales. Y precisamente Bonet viajó a zonas rurales de Tanzania y Bolivia para documentar los esfuerzos que hacen sus pequeños campesinos para sacar adelante un modelo de producción de alimentos eficaz y justo.

El fotógrafo mallorquín de la agencia Noor narra con sus fotografías el trabajo de varios de estos campesinos, que mediante diferentes proyectos de ayuda están aumentando su producción y convirtiéndose en la solución al problema. Así, poniendo énfasis en las labores de los protagonistas de estas historias, el autor resalta la importancia de abordar el tema de forma local para poder cambiarlo a nivel global.

Alejado del blanco y negro con grandes contrastes al que nos tiene acostumbrados en algunos de sus reportajes, en esta ocasión Bonet retoma la senda del color. Es un estilo muy similar al que utiliza en sus historias sobre los microcréditos, con un retoque cuidado y muy apropiado para resaltar los matices característicos del lugar y sus gentes.

La muestra reparte una treintena de fotografías en dos zonas. En el vestíbulo del CaixaForum encontramos las diez primeras imágenes, que nos presentan a los protagonistas en gran formato. El grueso de la exposición se encuentra en la sala 1, acompañada de notas, una proyección y un documento sonoro que da cuenta de algunos datos que ponen de manifiesto la desigualdad ante la que se encuentra una parte de la población que, además, va en aumento.

La Obra Social «la Caixa» edita además un pequeño «dossier» con algunas de las imágenes de la exposición repleto de datos muy reveladores de la situación. Y es que en el año 2050 se prevé que seamos 9.000 millones de habitantes en la Tierra. Para entonces, las necesidades alimentarias se habrán disparado y será absolutamente necesario producir más con menos. En este sentido, el concurso de estos pequeños productores será crucial, pero para ello es necesario asegurarles el acceso a las tierras de labranza y que puedan competir con unas normas más justas, en igualdad de condiciones. Es la verdadera clave para lograr una situación equilibrada y sostenible.

De entrada gratuita, la exposición «Justicia alimentaria. Sembrando esperanza» permanecerá en Barcelona hasta el próximo 6 de enero para trasladarse posteriormente a los centros CaixaForum de Madrid, Palma de Mallorca y el resto de capitales catalanas.
Quesabesde

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