Casas en ruinas, templos desquebrajados, familias que en segundos lo perdieron todo, más de 8.000 muertos, 25.000 heridos y un caos absoluto difícil de describir. Así podría resumirse parte del después de un terremoto que en abril de 2015 hacía temblar los cimientos de Nepal. Un caprichoso ‘pique’ entre placas tectónicas que, casi un año después, aún comienza a supurar sus heridas.
Y como testigos de excepción del desastre, un grupo de fotógrafos leoneses que el pasado mes de diciembre captaban con sus objetivos el día a día de un pueblo convencido de que «se puede salir adelante», como señala Óscar Calzado, uno de los protagonistas de esta aventura que ahora convierten en exposición. «Lo más impresionante fue encontrarnos con personas sin recursos que te ofrecían algo de comer o un sitio donde resguardarte», recuerda. Esa hospitalidad, ese modo de afrontar los problemas desmontó por completo los esquemas de unos profesionales que —para llegar hasta Katmandú— tuvieron que hacer escala en Dubai. «De pronto ves el contraste entre gente con todo tipo de lujos y bienes materiales donde nadie sonríe y otra cuya vida ya no era fácil antes del seísmo que sin embargo demuestran alegría», añade Richard Le Manz, otro de los fotógrafos involucrados en el proyecto Nepal will rise again, que recauda fondos para ayudar al país asiático a través de varias iniciativas, como una muestra fotográfica y un documental que pueden verse en el Four Lions Brewery de la capital leonesa.
Aterrizar física y sobre todo mentalmente en aquella realidad no fue sencillo para este trío de leoneses que completa Álvaro F. Regúlez. «Nos encontramos un panorama de reconstrucción grave al que se suma el bloqueo gubernamental que existe en la frontera con la India». Un conflicto económico y comercial que recrudece aún más —si cabe— la escasez de suministro. «Apenas tienen acceso a alimentos básicos y el gasoil brilla por su ausencia», puntualizan. Las colas ingentes de personas que se agolpan cada día en busca de gasolina son innumerables. «Esperan con paciencia infinita hasta cuatro días seguidos para llenar una simple garrafa». Le Manz ya había visitado Nepal antes del terremoto. Un país mayoritariamente budista e hinduista que aloja Patrimonios de la Humanidad como el palacio real de Patán o los templos de Pashupati y Changu Narayan, entre otras joyas arquitectónicas que hoy apenas se mantienen en pie. «Me impactó fuertemente verlos destruidos», dice.
Historias personales
Durante las dos semanas que duró su travesía por las zonas del país afectadas, Calzado, Regúlez y Le Manz tuvieron tiempo para documentar cada rincón, cada historia con algo que contar. «Muchos viven en edificios declarados en ruinas porque no tienen otro lugar, prefieren jugarse la vida a dormir en la calle». De los testimonios que más llamaron la atención a los leoneses destaca el de un hombre que conocieron el primer día de trabajo. «Mientras tratábamos de captar una casa medio derruida, vimos salir al dueño y pensamos que querría echarnos de allí, pero fue todo lo contrario. Nos invitó a pasar», remarcan. «Otro tipo al que entrevistamos, un profesor, quiso que le acompañásemos a una boda de un familiar y apenas acabábamos de conocerle».
El 90% de las construcciones que sufrieron daños están apuntaladas. «Usan los escombros de las casas para reconstruir otras zonas, calentarse o cocinar. Se juntan en grandes grupos en los callejones para comer», añaden. La ayuda humanitaria llega a Nepal a través de las agencias de cooperación de los diferentes países y también merced a diferentes oenegés. «Sobreviven dentro del caos, no se quejan», destaca un Óscar Calzado que a menudo se cuestiona cómo sería su reacción si un nepalí le abordase por la calle aquí en León para hacerle unas fotos y una pequeña entrevista tras un hipotético terremoto. «A veces pienso que le mandaría a la mierda y sin embargo ellos nos dieron más de una lección de vida, de optimismo dentro del sufrimiento y de amabilidad sin límites». Aseguran que en ningún momento pasaron miedo o temieron por su vida. «La sensación de seguridad es absoluta».
La exposición se quedará en la capital hasta finales de mes y después comenzará una itinerancia por Madrid, Toledo, Segovia, Málaga y Ciudad Real. Además, el documental se proyectará en el Musac desde el 9 de abril. «Nuestra idea es regresar a Nepal antes de final de año para recoger todo lo que haremos con el dinero que se recaude. Las personas que quieran colaborar también pueden realizar una donación en la cuenta Triodos Bank ES28 1491 0001 2420 6321 2928».
Al proyecto de Calzado, Le Manz y Regúlez se suman otros tres leoneses profesionales de la fotografía. Se trata de Ana Cayón, Isa Coll y Sergio Sánchez, además de Marta R. Herrero, que se encarga de documentar los eventos que realizan. La idea del grupo es llevar a cabo un viaje similar al de Nepal todos los años.