La Habana, (EFE).- Dos fotógrafos, un estadounidense de 58 años y una cubana de 15, retrataron juntos durante tres días la diversidad de cientos de cubanos en La Habana, donde desde hoy exhiben su trabajo en una muestra que consideran símbolo de «confianza» entre sus países, abiertos a una nueva era.
Inaugurada en el Museo Nacional de Bellas Artes, la exposición «Cómo lo vemos a usted» reúne dípticos y retratos tomados por los artistas Jeffrey Cárdenas y Yanela Piñeiro, quienes en una especie de ejercicio antropológico buscaron revelar las distintas reacciones de las mismas personas ante sus dos lentes.
Cárdenas y Piñeiro realizaron sus sesiones en julio pasado en un improvisado estudio en una plaza de La Habana Vieja, a la que asistieron unos 600 voluntarios para ser fotografiados, con la única condición de que fueran cubanos.
«La gente mostró entusiasmo. A veces hicieron cola durante una hora para ser fotografiados (…) Nadie pidió dinero, nadie preguntó por las imágenes, era como si todos entendieran que la misión de este proyecto era simplemente el arte», relató a Efe Cárdenas.
La obra final, presentada hoy en el museo más importante del país, se ha convertido en la primera exposición conjunta que artistas de Estados Unidos y Cuba exhiben en la isla desde que el pasado 17 de diciembre ambos gobiernos anunciaron el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, rotas en 1961.
«Si este proyecto es un símbolo de las relaciones de los dos países, me gustaría pensar que ese símbolo es la confianza», afirmó Cárdenas, un escritor y fotógrafo de origen cubano, pues su abuelo nació y vivió en la isla.
«La confianza política entre los dos países tiene sólo una semana de edad, pero más vale tarde que nunca. La confianza cultural entre nosotros, sin embargo, tiene raíces muy profundas», apuntó Cárdenas, quien dice que los cubanos se han convertido en su «musa».
La idea de la exposición, que en 2015 debe viajar a Estados Unidos, surgió a partir del deseo de Cárdenas de reflejar a los cubanos, y captar sus reacciones, desde dos lentes muy diferentes: el de un compatriota y el de un extranjero.
Cárdenas buscaba un colega que fuese lo más diferente a él, y escogió a Piñeiro, una adolescente habanera que ya ha expuesto y ganado premios en la isla, y quien se convirtió en un «contrapunto perfecto» para el estadounidense.
Según dijo a Efe Piñeiro, los retratos resultantes de la iniciativa son obras de arte que permiten reflejar «no solo los sentimientos, la felicidad, la tristeza, la rutina de cada día, sino también imaginar lo que está pensando el sujeto frente a cada fotógrafo».
Piñeiro y Cárdenas utilizaron cámaras idénticas y crearon una colección que incluye unas 100 imágenes en blanco y negro, entre dípticos y retratos individuales, sustentados en una narrativa de la diversidad que conforma a Cuba.
«Hay imágenes de jóvenes y ancianos, sanos y enfermos, e incluso ricos y pobres: una mujer posó con joyas de oro y un bolso Gucci; otra, terriblemente marcada por ácido en su rostro y cuello, lo hizo con su mejor ropa, irradiando confianza y orgullo, y no creo que haya visto nunca a una persona más hermosa», señaló Cárdenas.
El artista destacó, en particular, los matices que las razas aportaron a las imágenes.
«En Cuba, los colores de la piel se mezclan en todo el rango tonal de miles de negros y blancos, un número infinito que comprende a la población de esta isla y permite obtener bellos retratos. Irónicamente, es exactamente cómo vemos también las fotos en blanco y negro», explicó.
Cárdenas aspira a realizar otros trabajos en Cuba, en concreto un proyecto sobre las similitudes de los ecosistemas de Florida, donde reside, y de la Ciénaga de Zapata, un área de gran biodiversidad en el suroeste de la isla.
En su opinión, si el diálogo cultural entre Cuba y EE.UU. se mantuvo, aún en medio del conflicto político, se podrá lograr mucho en este nuevo escenario de reconciliación.