El País / El prestigioso concurso de fotoperiodismo World Press Photo ha anunciado este lunes que ha decidido endurecer sus normas sobre edición de fotografías para «determinar en qué grado las imágenes se han mejorado en la postproducción». Los aspirantes tendrán que facilitar sus negativos sin tratar. A partir de ellos, los expertos realizarán un análisis caso a caso para determinar el grado en que las fotografías han sido tratadas después de ser tomadas comparando el resultado final con el negativo. Posteriormente, el jurado tendrá en cuenta los informes de estos expertos para tomar su decisión que llega después de la polémica surgida el año pasado por la supuesta manipulación de la fotografía ganadora.
«El jurado valorará las fotografías por su valor noticioso, composición y estilo y buscará tanto su originalidad como su impacto. Además, expertos independientes examinarán todos los trabajos antes de que el jurado tome su última decisión», ha indicado.
Si, por alguna razón, los expertos no reciben los negativos o aparecen después «anomalías» en los archivos en los que estén salvados, los finalistas serán descalificados del concurso, ha advertido Munneke. «Esperamos que los reporteros gráficos profesionales respeten las normas periodísticas, éticas y no alteren el contenido de sus imágenes agregando o quitando elementos», ha indicado.
La imagen, del fotógrafo sueco Paul Hansen, que retrataba el cadáver de dos niños amortajados en el momento en que sus familiares y una multitud los trasladan a la mezquita para su entierro en la ciudad de Gaza, fue criticada en determinados foros y blogs de Internet, en donde se llegó a acusar a Hansen de acoplar fotografías tomadas en distintos momentos.
El World Press Photo salió al paso de estas críticas e inició una investigación que dio como resultado que las acusaciones de manipulación en la foto eran falsas, aunque se reconoció que ha habido «cierta postproducción sobre la imagen», en el tratamiento de la luz.
Para evitar una situación similar y «determinar en qué grado las imágenes se han mejorado en la postproducción», el director del World Press Photo, Michiel Munneke, ha explicado este lunes que el concurso ha decidido «endurecer sus protocolos» y dar a los miembros del jurado «opiniones expertas» en la materia de tratamiento de imágenes para ayudarles a tomar su decisión.
El año pasado, además de Hansen, se concedió premio a 54 fotógrafos en nueve categorías distintas, de 32 nacionalidades. Tres fotógrafos españoles han recibido premio: Bernat Armangue, Emilio Morenatti y Daniel Ochoa de Olza, todos ellos por trabajos para ‘The Associated Press’. En total, 5.666 fotógrafos de 124 nacionalidades distintas se habían presentado con más de 100.000 instantáneas.
En 2011, el fotógrafo español Samuel Aranda fue galardonado con la mejor foto del año del World Press Photo por un retrato de una mujer con velo sosteniendo en sus brazos el cuerpo de un familiar herido, que fue tomada en Yemen para el diario The New York Times.