Juan manuel castro prietoJuan Manuel Castro Prieto / Es uno de los fotógrafos españoles más aplaudidos por el público pero, además, se ha ganado el respeto de todos sus colegas de profesión por la contrastada calidad técnica de sus trabajos. En 1990 viajó a Perú por primera vez para positivar las placas de cristal del histórico fotógrafo andino Martín Chambi (1891-1973) y, a lo largo de dos décadas, regresó en numerosas ocasiones para aproximarse a su universo fotográfico bajo una óptica contemporánea.

Sus viajes han sido fructíferos. Así la exposición ‘Perú. Martín Chambi-Castro Prieto’, producida por DKV y comisariada por Alicia Ventura y Alejandro Castellote, protagoniza la nueva sección ‘El Pasado Revisitado’ de la XIV Semana de Arte Contemporáneo de Asturias AlNorte 2015, en el Museo Barjola de Gijón, donde Juan Manuel Castro Prieto ofrecerá una charla al público el martes 6 de octubre a las 19.30 horas, dentro de las actividades programadas en las mesas de debate.

La vinculación de Castro Prieto con la fotografía comenzó en 1977 de forma autodidacta. A comienzos de los años ochenta ingresó en la Real Sociedad Fotográfica de Madrid donde conoció a Gerardo Vielba, Gabriel Cualladó, Paco Gómez y Juan Dolcet, entre otros autores españoles. Desde entonces, el trabajo de Castro Prieto ha sido objeto de exposiciones internacionales muy destacables, como ‘Open Spain, Documentary Photography’ (1992), ‘El Perú de Vargas Llosa’ (1995), ‘Viaje al sol’ (2001), ‘Ten views. Contemporary Spanish Photography’ (2005), ‘Etiopía’ (2009) o ‘Paseo por el amor y la muerte’ (2011), entre otras. Su obra forma parte de importantes colecciones y ha ilustrado numerosas publicaciones especializadas.

-Desde aquel primer viaje a Cuzco (Perú) ha sido una constante en su trayectoria. ¿Quizás el diálogo directo con Martín Chambi haya sido lo mejor de esas experiencias?

-Los viajes de abril y julio de 1990 marcaron un antes y un después. No sólo en mi trabajo, también en mi vida personal. Tras veinte años viajando a Perú surgió el proyecto de seguir las huellas del maestro Martín Chambi, ponerme en su piel y tratar los mismos temas con una cámara de placas similar a la que él utilizaba, recorriendo los mismos lugares. Pero más que un diálogo es un homenaje a uno de los grandes nombres de la historia de la fotografía. La idea partió de Josep Santacreu, de DKV. Alicia Ventura ha sido el alma máter del proyecto.

-¿Qué diferencias hay entre el Perú de Martín Chambi y el suyo?

-Hay dos ‘Perús’ de Castro Prieto. Está ‘Viaje al sol’, muy diferente en concepto a la obra del maestro peruano, y ‘Tras las huellas de Chambi’, que guarda muchos paralelismos con él, pese a estar separados por 80 años. Así, se advierten las transformaciones y las constantes de la sociedad andina.

-En este proyecto advertimos mucha calidad, mucho tiempo invertido y mucha pasión. ¿Pero qué pesa más, la belleza estética, el interés ético o la mirada antropológica de Castro Prieto?

-La mirada al paisaje casi siempre tiene algún elemento que nos habla de la presencia del hombre. Porque allí habitan personas. El paisaje puro no me interesa desde hace años, tan sólo como escenario que conforma a las sociedades y define su carácter. Me interesa más la vida cotidiana que los grandes conflictos o momentos históricos. Pesa más el interés ético, sin duda, pero como fotógrafo no puedo obviar la estética; siempre intento sacar la belleza. No soy documentalista, ni reportero, ni artista, sólo alguien que fotografía la vida y también se ‘autorretrata’.

-¿Cuáles son sus referencias, sus claves esenciales?

-Evidentemente Martín Chambi, pero también Robert Frank y, en España, los grandes fotógrafos de la Escuela de Madrid: Cualladó, Paco Gómez, Vielba, Masats… En cuanto a claves, tengo una deuda inmensa con Publio López Mondéjar, que me hizo comprender la importancia del ser humano y apreciar la literatura como algo fundamental. Soy una persona afortunada: he podido hablar y compartir horas con personas extraordinarias y también con mucha gente humilde que, gracias a este trabajo, he podido conocer.

-Respetar el pasado para entender el presente es una de las claves de AlNorte. ¿qué ofrecerá al público en su intervención del próximo día 6 en el Museo Barjola?

-Contaré el largo camino que me ha llevado desde 1990 hasta aquí y, después, me gustaría mantener una charla con todos los asistentes, un debate distendido y abierto.

-Es uno de los fotógrafos creativos más respetados y uno de los técnicos más cualificados de nuestro país. ¿Cómo conviven ambas facetas?

-Como pueden. Lo cierto es que el laboratorio me ha quitado mucho tiempo para la fotografía personal. Pero, a cambio, me ha dado una libertad maravillosa. Al no depender de encargos he sido libre, y creo que eso se percibe bien en mi obra.

-¿La fotografía vive un buen momento en nuestro país? ¿Han mejorado los apoyos institucionales y el coleccionismo?

-Soy fotógrafo hace 38 años y tengo claro que las cosas han cambiado mucho en este tiempo. Ahora hay más aficionados que nunca, más apoyo de las instituciones públicas y privadas, y eso antes no existía. También es verdad que ha aumentado el coleccionismo, y ya no solamente compran fotografías los seguidores de la disciplina, sino también las galerías y los inversores en arte. Pero tengo muchas dudas. Aunque las nuevas generaciones están más preparadas e informadas, se tiende con demasiada frecuencia a repetir esquemas de los referentes internacionales del momento. En cuanto a las instituciones, su apoyo ha bajado mucho con la crisis. Quieren que todo sea gratis.

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