El fotógrafo leonés Jose Granizo, miembro de la Asociación Fotográfica Focus León, expone (junto al también leonés, Sebastián Román y al vallisoletano Nacho Carretero) en el Ateneo Cultural El Albéitar de la Universidad de León, desde este miércoles 16 de enero hasta el 15 de febrero.
Jose Granizo, en la exposición ´Paris-Marie`, propone un recorrido fotográfico y audiovisual por las calles de la icónica capital francesa de la mano de una compañera residente en Paris, que le contagia así, más allá de la mirada superficial del turista, la mirada más pausada y profunda de aquel que vive en una gran capital como es Paris.

En 13 paneles compuestos de varias fotografías y en una proyección de imágenes en ordenador, recorremos con Jose Granizo y de la mano de ´Marie`, la cara más conocida y amable de la ville-lumiére, cuna también de la ´fotografía callejera`, pero asistiremos también, a esa parte más alejada de las típicas imágenes turísticas: calles nocturnas, los ´banlieues` que rodean la gran urbe, callejuelas habitadas por extraños personajes, grafittis, movimientos, pisadas, huellas…de los verdaderos habitantes de Paris, desde aquellos más glamurosos a aquellos más abandonados.

Jose Granizo compaginó durante muchos años su trabajo en una consultoría con la fotografía de viajes, realizando reportajes fotográficos en Suecia, EEUU, China, Argentina o Estambul. En 2003 da el salto al profesionalismo, estudiando primero Fotografía Artística en la Escuela de Arte de Oviedo y, posteriormente, realizando el Máster Internacional en la escuela EFTI de Madrid, donde consigue el número 1 de su promoción en Fotografía Documental. Desde entonces, compagina trabajos comerciales con reportajes más personales, sociales y humanitarios, estando ahora volcado en el desarrollo de diferentes proyectos en Bangladesh, Perú, Marruecos e India.

La exposición de Jose Granizo, Sebastián Román y Nacho Carretero estará abierta al público en el Ateneo Cultural El Albéitar de la ULE (entrada por la calle Covadonga), desde el miércoles, 16 de enero, hasta el 15 de febrero cuando, probablemente, la exposición inicie su itinerancia por diversas ciudades de Castilla y León.[nggallery id=54]

Sebastián Román Lobato, pertenece por derecho propio a la última generación de creadores leoneses sur­gidos en la primera década del siglo XXI de la Facultad de Bellas Artes de Salamanca, que al igual que ocurrió en la década anterior, esta aportando al panorama artístico leonés una intensa renovación plástica y un significativo grupo de artistas destacados.

Sebastián se incorpora de inmediato a la renovación de los lenguajes plásticos y será el medio fotográfico el escogido para formular sus propuestas, coincidiendo de lleno con la revalorización y reconocimiento de la fotografía artística, auspiciada en España a partir de los años ochenta por las galerías más importantes y por la nueva creación de museos, como el IVAM de Valencia, El Reina Sofía de Madrid, el MACBA de Barcelona, el CAB de Burgos, el DA2 de Salamanca o el MUSAC de León entre otros.

El proceso secuencial y creativo se convierte en la clave de su trabajo, a diferencia de la gran mayoría de fotó­grafos que centran su interés en la acción de disparar. En el mismo se pueden observar dos aspectos fundamentales y al mismo tiempo actuales en el ámbito fotográfico, por un lado la construcción de maquetas de un espacio imaginario con materiales reales y reciclados de procedencia informática, que le sirven como motivo central de sus piezas, y por otro lado, la generación de un espacio escenográfico por medio de la incorporación de cielos reales o simulados que se combinan magistralmente con un estudio cuidado de iluminaciones especiales. Así Sebastián Román consigue crear un amplio y complejo espectro de posibilidades en relación a la apropiación del plano, que convertirá la acción del disparo fotográfico, no tanto en la captura de una imagen concreta como en la aprehensión y proyección de una idea.

La maqueta se convierte en una simulación, falsificación o sugerencia poética de la realidad, que toma como referencia de partida macrociudades como New York y específicamente su prototípico barrio de Manhattan. El rasca­cielos y el espacio urbano se convierten en el centro y elemento ordenador de la composición de su obra, que con las distancias formales y conceptuales nos rememora algunas Ciudades del escultor valenciano Miquel Navarro.

Mapping the Landscape supone un giro substancial en su trayectoria. En primer lugar por la innovación en el soporte utilizado, el lienzo, que aporta una mayor texturización y difuminación de la imagen en relación al papel fotográfico. En segundo lugar, porque pasa de la utilización de un intenso y brillante cromatismo, al transito equili­brado y progresivo del negro al blanco (referencia al título de la muestra), que aportan una mayor frialdad estética y distanciamiento emocional, al mismo tiempo que se convierte en un sutil homenaje a los grandes fotógrafos históricos que han tomado la ciudad como eje fundamental de su trabajo. La composición se simplifica hasta el máximo llegando a alcanzar un cierto tratamiento minimalista en su aspecto formal. La imagen de la ciudad alcanza un sentido profun­damente enigmático incluso fantasmagórico, potenciado por la utilización del blanco y negro. Al igual que ocurre con La Gran Vía de Antonio López, la ausencia del hombre hace que su presencia se haga latente y sugerida, pero no real y concreta, parece como si se estuviera tratando del fin de la civilización humana. Me vienen a la memoria algunas imágenes terribles de la ciudad de Chernobil, semiderruida, vacía y sin vida; algo parecido ocurre en estas grandes ciudades de Sebastián, símbolos del gran avance tecnológico y del superhombre actual, pero que también se pueden convertir en verdaderas trampas mortales para la cultura humana.

La muestra supone una confirmación clara de la calidad de la obra su obra y al mismo tiempo de la permanen­te evolución de uno de los creadores más interesantes del panorama actual de nuestra comunidad.

Luis García Martínez

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