Diario de León. Lou Reed se presentó ayer en Madrid sin concesiones al retoque o al maquillaje de las formas, ni en lo personal en su trato con los periodistas, ni en lo profesional, con una heterogénea colección de fotografías «sin Photoshop», algunas hechas en España, que buscan esencialmente la belleza.

«Son piezas únicas en sí mismas», dijo sobre estas 32 imágenes de gran formato, de las que dice no haber hecho uso de la posproducción digital, unidas por un difuso nexo común, que no es cronológico sino «emocional, de color» y que, según él, componen «un poema sin palabras». Precisamente, Rimas es el nombre de esta muestra que, tras pasar por París y Fráncfort, podrá verse en la Cineteca del Matadero Madrid, ocasión que ha aprovechado el intérprete de Heroin para acercarse a la capital española, donde hoy ofrecerá además una lectura poética de entrada libre en el Teatro Español (13.00 horas).

Quizá en esa cita ofrezca un tono más expresivo que el utilizado en su rueda de prensa de ayer, monocorde, críptico y conciso, que solo ha abandonado para preguntar a los fotógrafos por sus técnicas de trabajo y para sorprenderse por «los doscientos disparos» que podían llegar a realizar «para quedarse solo con una toma». «La gente seria no trabaja así; si quiere conseguir la imagen perfecta, yo nunca lo haría», señaló luego en una entrevista esta leyenda de 70 años que mira con cinismo la tecnología digital, afirma trabajar «por instinto» y que, en la introducción de la obra Rimes, escribe que «seguramente Dios tenía una Leica».

Su obra la conforman imágenes de la naturaleza, ruinas captadas en los albores como «prendidas en fuego», construcciones de edificios atraído por «la fuerza de sus líneas» y retratos de conocidos a los que eligió por «la pureza de sus almas», algo que encuentra «profundamente bello».

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