Cristina Fanjul / Diario de León. Carlos Canal, José Ferrero Millares, Marisa Flórez, Alberto García Alix, Germán Gracia y Rafael Trapiello. Estos seis fotógrafos leoneses han sido incluidos en la lista de los 500 grandes de la fotografía española realizada por La Fábrica en colaboración con Acción Cultural Española. El volumen, de 660 páginas, reúne a más de 500 autores del siglo XIX al XXI y pretende servir como referente para el estudio de la historia de la fotografía española.
El Diccionario de fotógrafos españoles está ilustrado con más de mil fotografías representativas tanto de los distintos autores como de la fotografía española en su conjunto acompañadas por textos biográficos y críticos elaborados por estudiosos y expertos en fotografía.
La mejor versión del fotoperiodismo (Marisa Flórez), las imágenes de la cotidianidad y el costumbrismo del León de finales del siglo XIX realizadas por Germán Gracia o el poema visual con el que el gran Alberto García-Alix ha fijado en el inconsciente colectivo la memoria de la nostalgia; la obra editada por La Fábrica recoge la historia de la fotografía española en su conjunto, desde sus inicios a la actualidad.
Para conseguirlo, cuenta con una amplia representación de autores del siglo XIX de toda la geografía española, fotógrafos extranjeros, sobre todo ingleses y franceses, que recorrieron el país de punta a punta fotografiándolo convirtiendo algunas de sus obras en pioneras y todo un referente. La larga nómina de autores del siglo XX incluidos refleja los diversos momentos de la fotografía española: el pictorialismo tardío, la Guerra Civil, la renovación de la década de los 50 y los 60, el auge del documentalismo, el ensayo fotográfico y la fotografía de ficción en los 70 y los 80 y el nuevo documentalismo de las últimas décadas. Por último, también se recoge el trabajo de algunos fotógrafos jóvenes con un futuro prometedor, caso de Rafael Trapiello, madrileño de nacimiento pero leonés de origen.
Además de los seis fotógrafos citados, la obra, como no podía ser de otra manera, incluye un listado final que acoge a creadores que, como Eduardo Arroyo, han combinado la fotografía con el desarrollo de otras disciplinas creativas.
Todos los que aparecen en esta obra son fotógrafos, aunque también los hay que se sirven de la palabra para enfocar la realidad. Es el caso de Julio Llamazares y Antonio Gamoneda, que analizan el trabajo de los fotógrafos Navia y Manuel Vilariño respectivamente.
Dice Llamazares de Navia que le impresiona por su facilidad para ver lo que los demás no ven. «Con su aspecto despistado, enseguida se pierde de los demás y, cuando vuelve, trae apresados, como los cazadores furtivos, luces y formas que los demás ni siquiera llegamos a intuir y paisajes que parecen inventados por su cámara… Por eso puede mostrar ahora (…) las fotos ya realizadas mientras continúa llenando con otras la lata de su vida. Esa lata de carne de membrillo que es la vida del fotógrafo y, al fin, la de todos los hombres».
En el caso del premio Cervantes, se incluye el poema que el escritor leonés le dedicó a Manuel Vilariño a propósito de la exposición Mar de afuera: «También de tí/quiero saber. De tu perfil/insomne, Manuel, pastor/de soledad/Dime si escuchas/ el gemido del mar. Dime las cifras/ de la ardentía y/de la tempestad/ En la cámara oscura/ de tus ojos, ¿inviertes/la inmensidad?/¿Hierve la córnea en/los peces profundos? ¿Es/el mar abisal aviso/de una imposible, vacía/eternidad?/Ceso, Manuel. Veo alzarse/a los pájaros del mar/Alas de sombra derrotan/hacia el país del jamás.
Los responsables de la elaboración de los textos han sido un grupo de investigadores y expertos en fotografía. Lorna Arroyo, Jaume Fuster, Pilar Irala, Nekane Parejo, Pascual Peset Ferrer, Ana González Martín, Rocío Alés, Rocío López de Castro, Marta Martín Núñez, Nerea Ubieto y Carmen Cabrejas Almena han desarrollado un gran trabajo de análisis y capacidad sintética.
Destaca, por ejemplo, la presencia de Germán Gracia, uno de los representantes de la fotografía finisecular leonesa. En la biografía se incluyen datos como que en su estudio realizó fotografias familiares, conmemorativas y retratos de deportistas, intelectuales y autoridades de la ciudad. «Llevado por un interés permanente por los aspectos etnográficos, recorrió toda la geografía regional, fotografiando el paisaje, las ciudades, los pueblos, las ferias, fiestas y los tipos populares». Asimismo, se destaca que fue premiado en la Exposicion Universal de París de 1900.
En el caso de la editora gráfica de El País Marisa Flórez, una de las primeras fotoperiodistas de la historia española, se destaca que registró los años de la Transición en imágenes atrevidas, frescas e innovadoras y que retratór el incipiente papel de la mujer durante aquellos años.
Asombrosa resulta la carrera desarrollada por Carlos Canal, un médico leonés que ha buceado en la fotografía como método de curación. De hecho, en la actualidad desarrolla el poder terapeutico de la imagen como herramienta para expresar sentimientos y resolver conflictos emocionales en sus pacientes y alumnos. En este sentido, destaca su trabajo Recuperar la luz, pionero en España en el uso de la fotografía con enfermos de leucemia.
Dedicado en gran parte a la docencia, José Ferrero Villares, ha desarrollado un discurso fotográfico compuesto de imágenes limpias y libres de ornamentación, propuestas deconstructivas de las que se desprenden matices antagónicos. Fiel al soporte analógico, prefiere el blanco y negro. Algunos de sus trabajos relevantes son Espacio Vacío/Vital, Roma o The Elements.
El más joven del grupo es Rafael Trapiello que, con tan sólo 33 años, es uno de los jóvenes talentos de la fotografía española cuyo trabajo, compuesto de imágenes limpias y libres de ornamentación y propuestas deconstructivas de las que se desprenden matices antagónicos, ha sido premiado con la Medalla de Plata del Epoch Times International Photography Competition.
Y ¿qué decir de Alberto García-Alix? Si no existiera habría que inventarlo…