Amy Hildebrand es la prueba viviente de que con esfuerzo y dedicación todos podemos conseguir lo que nos proponemos. Esta fotógrafa de Cincinnati nació ciega debido a su albinismo, pero tras un tratamiento experimental que le devolvió un porcentaje de su visión Amy descubrió el mundo de los colores y las formas y así nació su pasión por la fotografía.

El albinismo puede ocasionar problemas en el feto, y uno de ellos es la afección del nervio óptico. Sin embargo, Amy consiguió recuperar parte de la vista y su pasión por la fotografía fue en aumento desde ese día. Fue a la escuela y allí conoció a su pareja actual, también fotógrafo y junto al que ahora lleva un estudio de fotografía publicitaria.

Actualmente está a punto de terminar su proyecto 1000 fotografías en 1000 días, un trabajo que lleva realizando desde el año 2009, Hildebrand se ha posicionado como una reconocida fotógrafa en la zona, y el trabajo que podemos ver en su blog es una prueba de ello. Una verdadera lección de que todo puede conseguirse.

Vía: Petapixel

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