Diario de León. Hay oficios que han quedado para el recuerdo. Trabajos desaparecidos de los que únicamente queda constancia a través de antiguas fotografías. La Biblioteca Pública de León, que desde hace años realiza una encomiable labor de recuperación de imágenes antiguas, cedidas por particulares que las han rescatado de colecciones y álbumes familiares, hará hoy un recorrido por empleos que la tecnología y el tiempo han convertido en reliquias del pasado. Esquiladores, hiladoras, aguadores, peones camineros… así como oficios en los que la tracción animal era indispensable. Labores que forman parte de la historia de esta provincia y que ya son sólo sombras del pasado protagonizaron ayer el ciclo titulado Vamos a ver León: Un paseo fotográfico.

La sesión de ayer tarde -continuidad de las que se hicieron en febrero y junio- continúa el recorrido por los oficios y trabajos. Igual que entonces, los asistentes pudieron comentar las instantáneas que se proyectaron y, además, podrán mostraron algunas fotos propias que consideren de interés sobre este tema. Este foto-forum contó con los comentarios de Pío Cimadevilla Sánchez, Marina Riesco Grijuela y Severino González Díez.

El año pasado la Biblioteca Pública organizó la exposición Aquel León 2, continuidad de la iniciativa que se puso en marcha hace tres años, con una selección de fotos cedidas por particulares. Entonces, la Biblioteca Pública de León, que dirige Alfredo Díez Escobar, tuvo la idea de pedir a los ciudadanos fotos anteriores a 1960 e inéditas. Con ellas se publicó un espléndido libro que permite ver cómo era León y sus gentes.

De momento, los recortes presupuestarios han impedido editar un nuevo volumen de fotos. El objetivo era recuperar el León que ya no existe a través de instantáneas en muchos casos curiosas. Aconsejó a los leoneses que rebuscaran en los portarretratos de sus casas y en colecciones olvidadas.

El resultado fue sorprendente. La Biblioteca ha reunido unos fondos que superan las 5.000 imágenes. Documentos que dan fe de rincones, edificios y gentes que sólo existen ya en papel fotográfico, un soporte frágil que acabará perdiéndose con el paso de los años. La gran mayoría de las instantáneas son en blanco y negro, pero también las hay en tono sepia y coloreadas a mano

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