Leonoticias. El 12 de enero de 2010 un terremoto de 7,2 grados sacudió Haití. La pobreza del país y la poca consistencia de muchas de sus construcciones alimentaron los efectos del seísmo, que dejó más de 300.000 muertos, miles de heridos y un millón y medio de personas sin hogar. Las imágenes de la tragedia pronto empezaron a recorrer el mundo. En ese momento, el fotógrafo leonés Andrés Martínez Casares se encontraba en México DF realizando un trabajo sobre un programa de asistencia a personas sin techo. Esa misma noche, asegura que comenzó a “ser consciente de la situación” a través de las noticias que llegaban de Haití y, por ello, cuando a la mañana siguiente un compañero le dijo que estaban reservando billetes para viajar a Puerto Príncipe, no tuvo ninguna duda de cuál sería su próximo destino.

“En pocos minutos salí a su encuentro en el aeropuerto”, recuerda. No hubo tiempo “ni para hacer el equipaje”, pero la situación demandaba rapidez. Cámara en mano, durante la mañana del día 14 comenzó a recorrer la capital de Haití captando a su paso imágenes de los afectados por el seísmo y de las personas que todavía trabajaban en los escombros y ayudaban a los heridos. Apunta que “la realidad supera cualquier expectativa” y ahora, cuando se cumplen tres años del terremoto, reconoce que no fue “consciente” de todo lo que sintió a su llegada a Puerto Príncipe “hasta varios días después”.

Martínez insiste, sin embargo, en que “la imagen de un país devastado” que se ofreció al mundo durante esos días es en cierto modo “una exageración”. Recuerda que se trata “del país más pobre de Latinoamérica” y que los efectos del seísmo se vieron incrementados precisamente por esta situación. Aún así, dice que “Haití es mucho más que el terremoto”, y, pese a que reconoce que “es duro convivir con la pobreza” y los “problemas” día a día, subraya que si algo “sorprende” es ver cómo los ciudadanos eran y son “capaces de salir adelante” después de todo.

Entre los escombros de Puerto Príncipe y las miles de tragedias personales es difícil frenar los sentimientos y sensaciones, y aunque afirma que los recuerdos “son muchos”, uno tiende “a taparlos con una cortina en la memoria si son malos” para quedarse sólo con los “buenos”, que son los que te permiten continuar. Entre estos últimos, Martínez destaca alguno vivido -y también captado con su cámara-, en el que se reflejaba, según dice, “algún gesto de eterna esperanza entre un ambiente que parece que nunca va a cambiar”.

En el ámbito profesional, este fotógrafo leonés considera que los tres últimos años en Haití le han servido de alguna manera para “licenciarse” en su trabajo. Durante este tiempo, destaca que ha aprendido “mucho más” de la profesión que en el periodo que pasó “en la Universidad o trabajando en España” y esta experiencia ha tenido también un efecto “personal” sobre él, ayudándole a comprender “que la realidad no es sólo lo que a uno le rodea”, sino que existen muchas realidades “distintas”.

El primer año y medio en Haití fue para él “muy intenso”. El terremoto puso al país en el foco de todas las noticias, y tras él se produjeron diferentes acontecimientos que consideró que merecían que prolongara su estancia allí. Hubo una epidemia de cólera, elecciones presidenciales y una oleada de disturbios a la que siguió la calma. Durante este último periodo, -“más tranquilo” en el ámbito informativo-, Martínez aprovechó para “documentar la vida de Haití” y para llevar a cabo algunos proyectos “interesantes” y que supusieron para él “un reto que hasta entonces no había afrontado”.

El después del seísmo
Ahora, tres años después, afirma que Haití “ha mejorado en algunas infraestructuras”, pero sigue siendo un país “muy pobre” y en el que “queda mucho por hacer” para que pueda “salir adelante”. Para él, en cierto modo también se ha cumplido una etapa. Ahora necesita tomar “un tiempo de descanso” y de “readaptación a lo que consideramos una vida normal”, además de plantearse “nuevos retos”. Sin embargo, si pudiera volver atrás, subraya que no cambiaría la experiencia vivida en Haití. “Repetiría, sin duda”.

 

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