I guerra mundialEFE. La crudeza de la Gran Guerra es la protagonista de las 68 fotografías que componen la exposición «El horror de una guerra. 100 años de la Primera Guerra Mundial», inédita hasta ahora, que conmemora el centenario del conflicto y que se puede visitar desde hoy en Valladolid.

La muestra, que se encuentra en la Sala de Exposiciones de la Casa Revilla, ha sido realizada gracias al archivo audiovisual de la Agencia Getty Images y cuenta también con imágenes de vídeo que permiten repasar algunos momentos del conflicto.

Algunas de las imágenes destacan por su peso histórico, como la foto del estudiante serbio que asesinó al Archiduque Francisco Fernando de Sarajevo, acto que dio comienzo a la guerra; la vista de la Conferencia de Paz de Versalles y las firmas del Tratado del mismo nombre y que puso punto y final a la Primera Guerra Mundial.

Por otro lado, la muestra cuenta también con imágenes que hablan por sí solas para relatar la masacre, tales como la fotografía del cadáver de un soldado alemán con un disparo en la cabeza, de un niño con una máscara de gas en el colegio y la tumba de un soldado francés marcada con su rifle y su casco tras la batalla de Verdun.

La concejala de Cultura, Comercio y Turismo del Ayuntamiento de Valladolid, Mercedes Cantalapiedra, ha destacado que esta inauguración es el estreno «mundial y absoluto» de una exposición «única» y que será «muy visitada por su especial interés».

Cantalapiedra ha afirmado que la Primera Guerra Mundial cambió «la historia bélica» por su crudeza y ha incidido en la necesidad de que algo así no se vuelva a repetir.

Además, la concejala ha valorado la importancia del archivo audiovisual de Getty Images, cuyos miembros, en su opinión, tienen el deber de continuar «protegiendo y conservando el legado cultural» para que estas colecciones sigan siendo accesibles para futuras generaciones.

Por su parte, el director de Getty Images Spain, David Gavin Mateo, ha resaltado el papel que tuvieron los fotoperiodistas en la Primera Guerra Mundial y las dificultades de aquellos años, en los que conseguir imágenes del conflicto era «una auténtica hazaña».

Ha explicado que los fotógrafos tenían unos medios «mucho más rudimentarios» que los de ahora y que en la guerra algún periódico francés ya pagaba a los soldados por hacer fotos de cadáveres.

El comisario de la muestra, Ángel Muñoz, ha incidido en su deseo de enseñar la crudeza de una guerra «que nadie quiso evitar y que supuso un apocalipsis» a través de fotos «muy explícitas» que muestran el horror que supone una guerra.

Muñoz ha añadido que la infancia y los desplazados, presentes también en la exposición, «no fueron daños colaterales», sino que estuvieron muy presentes en las diferentes fases de un conflicto que involucró a todo el mundo y que supuso un avance en la medicina, en la tecnología bélica y en la guerra química.

Por último, ha invitado a los visitantes de la exposición a repasar la historia y a reflexionar con las fotos de la «madre de todas las batallas» para que la muestra «remueva algo por dentro».

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