FoterosIcal / Los fotógrafos de la Agencia Reuters Eloy Alonso y Juan Medina, subrayaron ayer la importancia del fotoperiodismo como elemento de crítica social durante el foro universitario del XXVIII Premio de Periodismo Francisco de Cossío. Durante la conferencia, ambos profesionales mostraron algunos de sus trabajos fotográficos relacionados con la crisis, los desahucios, la inmigración, las protestas callejeras o las manifestaciones del carbón y de los astilleros. Pero además, estos trabajadores no quisieron dejar de recordar a sus compañeros de profesión Norberto Cabezas, recordado fotógrafo de DIARIO DE LEÓN, medio al que dedicó incansablemente la mayor parte de su carrera, y que nos dejó el pasado 5 de junio, y al burgalés Félix Ordóñez, fallecido hace un año. Y así, una veintena de fotoperiodistas de toda la comunidad autonóma se reunieron en la cita para recordar a estos grandes profesionales.

El asturiano Eloy Alonso afirmó que la labor del fotoperiodista es «poner voz a los que no tienen» y recalcó que si la obligación «es molestar con las imágenes y provocar una reacción social» porque para eso son «depositarios del derecho a la información». Sin embargo, Alonso aclaró que en ningún momento se trata de molestar, sino «simplemente de informar». Como ejemplo ofreció dos de sus reportajes fotográficos que trataban de las manifestaciones de los astilleros de Gijón a lo largo de 20 años y de las protestas mineras en Asturias y León.

Por su parte, el argentino Juan Medina destacó que era necesario que los fotoperiodistas retratasen lo que pasa para que otros que no están en el lugar en ese momento lo puedan ver. «Pongo el ojo donde miles de personas no pueden», declaró. Medina destacó que los profesionales de su sector no van, en general, «con ánimo de morbo ni de curiosear» sino de retratar algo «que informativamente, interesa que se vea». El problema para el argentino está en las trabas que muchas veces se ponen desde las instituciones o desde el propio medio para «evitar consecuencias políticas». Los trabajadores subrayaron el «respeto a las personas por encima de todo».

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