![\"Garcia-Rodero-1977\"](\"http:\/\/focusleon.es\/wp-content\/uploads\/2013\/12\/Garcia-Rodero-1977.jpg\")
El Pa\u00eds \/ Se acostumbr\u00f3 a mirar de ni\u00f1a y no ha dejado de hacerlo. Recorre el mundo con su c\u00e1mara, dispuesta a encontrar ese instante de vida que surge de una fiesta o de los cristales rotos de una historia. El\u00a0dolor no le asusta. Le asusta que exista. Pero sigue retratando sus preguntas.<\/p>\n
Esta mujer es una mirada. Estos ojos parece que van a volar. Ella misma est\u00e1 sentada al borde del asiento, como dec\u00eda Patricia Highsmith que hab\u00eda que disponerse a crear. Y no se est\u00e1 quieta Cristina Garc\u00eda Rodero, no se posa, y son esos ojos los que van m\u00e1s all\u00e1 de lo que dice, como si estuviera fuera de aqu\u00ed mientras habla.<\/p>\n
Acaba de venir y ya se va. Como los grandes viajeros, como Paul Bowles, por ejemplo, al lado de la puerta de salida la espera una maleta. As\u00ed que cuando regresa (de Brasil, de Hait\u00ed, de \u00c1frica, de la India, de C\u00e1ceres o de un barrio sin nombre) ya est\u00e1 dispuesta a irse. Ante la imagen que encuentra se transforma, de ah\u00ed procede esa mirada detenida y profunda desde la que te ve como si estuviera tambi\u00e9n mirando la sombra de lo que ya ha visto. En la memoria de su retina est\u00e1n la miseria y el dolor, la belleza y el misterio. Esa visi\u00f3n m\u00faltiple ha hecho que esta mirada sea m\u00e1s grande, como el universo que ahora est\u00e1 en sus libros y en lo que dice. Fiestas y martirio, dolor y paisaje.<\/p>\n
La mirada de\u00a0Cristina Rodero <\/a>es\u00a0ella misma. Su excursi\u00f3n universal por lo popular, lo m\u00e1gico y lo extraordinario son el testimonio escalofriante o sutil de esta contemplaci\u00f3n rabiosamente humana. Ella dice: \u201cQuiero que lo real sea m\u00e1gico\u201d. Lo real es la gente, y lo m\u00e1gico es el alma. Los ha juntado en fotograf\u00edas sencillas y memorables.<\/p>\n Busca el segundo, el instante en el que la realidad ya es para siempre. Con esa filosof\u00eda ha recorrido millones de momentos y gestos. Un salto, un ni\u00f1o dormido, la luz de una vela, la vida en blanco y negro, la ilusi\u00f3n y la miseria, las procesiones y el fuego, la pirotecnia en la que se quema la vida. Todo lo que es humano permanece. \u201cEntre el cielo y la tierra, lo que busco son unidades sacadas de reportajes que luego conforman una historia con mil historias, con un sentido, que buscan hablar de una sola cosa\u201d. Lo que hace recuerda al buen cine. Vittorio de Sica, por ejemplo, su\u00a0Ladr\u00f3n de bicicletas<\/em><\/a>, o las viejas fotograf\u00edas de los pioneros estadounidenses. La vida en un instante, el segundo en el que la vida pasa de ser existencia o pasado. En ese momento justo dispara Cristina Garc\u00eda Rodero, y el resultado es el tacto que verifica su ojo cuando el clic no es de su mano, sino de su alma. \u201cEs que la fotograf\u00eda y el cine\u201d, dice Cristina, \u201ccuentan lo mismo aunque el cine exige grandes presupuestos\u201d. Para su pel\u00edcula bastan sus ojos y la c\u00e1mara. \u201cUn fot\u00f3grafo solo necesita un utensilio que capte lo que con su mirada quiere contar. Est\u00e1 solo ante el peligro, no tiene ninguna ayuda\u201d. En este caso es esta mujer que me ve, sentada al borde de la silla, hablando como si temiera despertar a las mariposas. Un utensilio, los ojos y el alma.<\/p>\n La casa es un orden, como si ella ya se hubiera ido. La espontaneidad, dice, es su raz\u00f3n de ser como artista, pero para llegar a hacer arte del instante hay que prepararse mucho, educar la mirada, editar mientras miras. Mirar y cortar. \u201cSi no construyes bien una historia, esta se cae, te puede confundir, o te aburre. Tienes que seguir el chispazo, \u00a1eso lo quiero hacer!, y luego ha de ir creciendo la idea\u201d. La idea surge como un fuego, pero luego has de detenerte, solo el trabajo convierte en importante una idea e impide que esta resulte una ocurrencia. De modo que eso que parece que ella ha retratado de pronto \u2013y as\u00ed es, fue de pronto\u2013 tiene una elaboraci\u00f3n minuciosa, como si antes de disparar hubiera estado analizando los ojos o los gestos de un pa\u00eds o de un barrio. \u201cCuando llego a un sitio me compro todos los libros que hay sobre el lugar, estudio qu\u00e9 han hecho los fot\u00f3grafos locales, los escritores de la zona, c\u00f3mo lo han visto los extranjeros. Soy una esponja, tienes que ir con los poros de la piel muy abiertos para dejarte conquistar, para intuir por d\u00f3nde puedes ir, porque seguramente desde tu idea inicial pueden nacer otros caminos\u201d.<\/p>\n r y volver. Fotografiar no es tan solo tocar, es ir adentro. \u201cMe pas\u00f3 en Hait\u00ed. Fui y volv\u00ed, siempre estoy volviendo. T\u00fa no retratas ese drama y ya ese drama pas\u00f3. Vive contigo. Contigo viven las fotograf\u00edas porque vive la realidad, persiste\u201d.\u00a0Por ejemplo, Hait\u00ed<\/a>. \u201cVuelvo. En ese contacto con la gente aprendes a tratarla, a saber qui\u00e9n eres para ellos, qu\u00e9 son ellos para ti, qu\u00e9 sensaciones te producen; aprendes a estar muy atenta. El reportaje es tener los cinco sentidos, es la rapidez mental y la rapidez f\u00edsica\u201d.<\/p>\n \u2013\u00bfQu\u00e9 impresi\u00f3n se llev\u00f3 de Hait\u00ed?<\/p>\n \u2013Que es un pa\u00eds muy desgraciado con much\u00edsima fuerza, de gente que quiere que sus hijos estudien, que tengan conocimientos, gente que se sacrifica mucho por ellos, quieren que tengan un futuro. Y es un pa\u00eds al que yo veo sin futuro.<\/p>\n Naci\u00f3 en Puertollano, seis hermanos, de chica se distra\u00eda con una mosca. Ahora es intensa como una roca; con ese acento ha pronunciado su angustia sobre Hait\u00ed. Le dijeron: \u201cSi vienes, vas a sufrir, Cristina\u201d. Fue. Acaba de volver. El dolor no le asusta. Le asusta que exista. Pero ella siente que lo tiene que contar. \u201cSi no cuento qu\u00e9 veo, \u00bfqu\u00e9 hago? Nada. He decidido libremente lo que quiero hacer. Y quiero que quede una obra, que la gente sepa qu\u00e9 vi\u201d.<\/p>\n La naturaleza de su trabajo no est\u00e1 en el estudio, ni en la puerta de la casa. As\u00ed que ha de viajar constantemente. \u201cEsta es una tiran\u00eda, como el tiempo, porque las sensaciones que busco suceden en determinadas \u00e9pocas del a\u00f1o, en un d\u00eda, en unas horas, y he de estar all\u00ed\u201d. Como quien quiere retratar la lengua de las mariposas. \u201cY no puedes ir el d\u00eda que te apetezca, sino el d\u00eda que es, en la estaci\u00f3n que es y est\u00e9s como est\u00e9s. O esperar otro a\u00f1o, pero nada se repite, y tus circunstancias cambian tambi\u00e9n. Todo eso te obliga a estar con la maleta casi hecha, yo no la guardo nunca, duerme en un rinconcito de mi habitaci\u00f3n, preparada para salir en alg\u00fan momento.<\/p>\n \u2013\u00bfY es una maleta grande?<\/p>\n \u2013Es una bolsa muy grande, s\u00ed. Todo el mundo me lo dice. Pero voy comprando libros y otras cosas por el camino. El equipaje de un fot\u00f3grafo requiere materiales.<\/p>\n El misterio de estos ojos es que est\u00e1n llenos de preguntas. Los ha paseado por este pa\u00eds, buscaba sus misterios, su dolor, sus cristales rotos. \u00bfC\u00f3mo lo ha visto, c\u00f3mo lo ve? \u201cMi generaci\u00f3n no sufri\u00f3 lo que sufrieron nuestros padres en la guerra. Sin embargo, s\u00ed hemos visto crecer una Espa\u00f1a casi de posguerra, muy empobrecida. Se levant\u00f3 y se ha ca\u00eddo otra vez. Hubo grandes conquistas sociales, las mujeres han vencido el dominio del macho para todo. Y mira, ahora, Espa\u00f1a se empobreci\u00f3 de nuevo\u201d. \u00bfY qu\u00e9 ha pasado? \u201cProbablemente, que\u00a0nos hemos acostumbrado a la corrupci\u00f3n<\/a>. Y en esa inconsciencia hemos pasado de un Estado del bienestar magn\u00edfico a la hecatombe. Como si empujaras una ficha de un domin\u00f3 y cayeran muchas a continuaci\u00f3n\u201d.<\/p>\n El efecto domin\u00f3\u201d, dice, \u201clo ha destruido todo y hay que volver a construir con una base m\u00e1s s\u00f3lida. Es como si hubiera pasado un terremoto por este pa\u00eds, no de siete minutos, de siete a\u00f1os. Nos va a costar veinte para llegar al punto en el que estuvimos\u201d.<\/p>\n Le gustaba, de chica, mirar la vida cotidiana, \u201clas mujeres salir al atardecer, con sus sillas, a comentar\u201d. Viendo esa vida, trayendo a sus hermanos de la escuela, se acostumbr\u00f3 a mirar. Fue una ni\u00f1ez feliz, jugaba en la calle, en las plazas. \u201cLa gente m\u00e1s pobre edificaba las casas en las laderas de los cerros, y cuando llov\u00eda se inundaban las calles. Pero el recuerdo es ese, jugar en ellas\u201d. La madre era maestra, el padre vend\u00eda joyas. La casa estaba llena de gatos y de risa, los ni\u00f1os jugando, \u201ceso es lo que tiene una familia numerosa\u201d. La huerta, la hierba, el r\u00edo en Despe\u00f1aperros, cazar ranas, coger esp\u00e1rragos. \u201cEmpezamos a veranear en Torremolinos y recuerdo c\u00f3mo se paseaba un guardia a pleno sol, con un gorro como de explorador africano, que pon\u00eda multas a las que iban en biquini y a los que se besaban en la playa. Esa imagen la tengo aqu\u00ed. Y la de la salida del colegio, en Puertollano, los ni\u00f1os corriendo en bandada, al tiempo que los mineros tiznados sal\u00edan de la mina\u201d.<\/p>\n Habla como si hiciera fotos. De chica quiso ser bailarina, pintora. La fotograf\u00eda fue algo m\u00e1gico. \u201c\u00a1Ojal\u00e1 me hubieran ense\u00f1ado a bailar, qu\u00e9 pena, es un placer que he perdido\u2026 Al final, lo que intentas es hacer cosas que te causen placer, con las que crezcas como persona\u201d. En ese proceso de b\u00fasqueda se encontr\u00f3 con la fiesta y tambi\u00e9n hall\u00f3 el dolor, y ambos son la materia principal de su trabajo. \u201cPero en la fiesta tambi\u00e9n hay momentos duros, porque hay una parte religiosa, porque echas de menos a los ausentes, porque tambi\u00e9n hay soledad aunque haya mucha gente alrededor. Realmente, fotografiar una fiesta es fotografiar la vida\u201d. \u00bfY el dolor, Cristina? \u201cEs algo que te encuentras demasiado a menudo. Produce compasi\u00f3n y respeto. Es lo que m\u00e1s trabajo cuesta retratar y es lo que nos hace iguales y fr\u00e1giles\u201d.<\/p>\n Las fotos que m\u00e1s la conmovieron la ten\u00edan a ella, mirando, en medio de la familia numerosa. Luego, como aquel personaje de Hemingway, \u201cconoci\u00f3 la angustia y el dolor, pero no estuvo triste una ma\u00f1ana\u201d. Ahora tampoco sabe para qu\u00e9 sirven el reloj, el dinero y el tiempo; sale de casa, de estampida, si tiene una idea o una corazonada, y est\u00e1 acostumbrada ya a saber que detr\u00e1s de una risa hay una aventura, o un dolor. Le pregunto qu\u00e9 hay ahora entre el cielo y la tierra, en este mundo en el que ella ha retratado fiesta y dolor. \u201cNo creo en Dios, solo en el azar cabr\u00f3n\u201d. De chica le daba miedo hasta la sombra de un perchero. En esos ojos asombrados de la mujer que viaja y retrata est\u00e1, me parece, esa ni\u00f1a buscando qu\u00e9 hay detr\u00e1s de esa sombra.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" El Pa\u00eds \/ Se acostumbr\u00f3 a mirar de ni\u00f1a y no ha dejado de hacerlo. Recorre el mundo con su c\u00e1mara, dispuesta a encontrar ese instante de vida que surge de una fiesta o de los cristales rotos de una historia. El\u00a0dolor no le asusta. Le asusta que exista. Pero sigue retratando sus preguntas. 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