{"id":16607,"date":"2016-03-11T11:40:30","date_gmt":"2016-03-11T10:40:30","guid":{"rendered":"http:\/\/focusleon.es\/?p=16607"},"modified":"2016-03-11T11:40:30","modified_gmt":"2016-03-11T10:40:30","slug":"robert-mapplethorpe-retrato-de-un-angel-oscuro","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/focusleon.es\/robert-mapplethorpe-retrato-de-un-angel-oscuro\/","title":{"rendered":"Robert Mapplethorpe, retrato de un \u00e1ngel oscuro"},"content":{"rendered":"

\"Robert-Mapplethorpe\"El Pa\u00eds <\/a>\/ Quiso ser una leyenda y su obra le inmortaliz\u00f3. Esper\u00f3 a la muerte mir\u00e1ndola de frente, empu\u00f1ando un bast\u00f3n coronado por una calavera. El sexo fue el elixir que aliment\u00f3 su vida, su arte y su fama. Pero tambi\u00e9n su condena. Muri\u00f3, debido a las complicaciones causadas por el sida, no sin antes haber sido capaz de diluir la frontera entre el arte y la pornograf\u00eda. \u201cPatti, \u00bfnos la ha jugado el arte?\u201d, preguntaba Robert Mapplethorpe a su antigua amante y leal compa\u00f1era, la cantante y poetisa punk, Patti Smith, poco antes de morir.<\/p>\n

Mapplethorpe mor\u00eda a los 42 a\u00f1os, el 9 de marzo de 1989. Durante su \u00faltimo a\u00f1o se preocup\u00f3 por dejar bien custodiado y organizado su legado art\u00edstico. A partir del 15 de marzo,\u00a0The Perfect Medium<\/em>\u00a0exhibir\u00e1 este legado por primera vez al completo; una exposici\u00f3n organizada por el Museo\u00a0J. Paul Getty<\/a>\u00a0y el\u00a0LACMA<\/a>, en Los \u00c1ngeles. Acompa\u00f1ando a la exhibici\u00f3n se publican dos libros:\u00a0Robert Mapplethorpe: The Archive<\/em><\/a>\u00a0de Francis Terpack y Michelle Brunnick y\u00a0Robert Mapplethorpe: The<\/em>\u00a0Photographs<\/em>, escrito por Paul Martineau y Brut Salvesen. Estos reeval\u00faan y dan muestra de la obra que incluye: su temprana obra como estudiante, joyas, los\u00a0collages<\/em>\u00a0de los 70, sus ensamblajes y las fotograf\u00edas que sirvieron de fondo a las \u201cguerras culturales\u201d, que dominaron el debate de los de los a\u00f1os 90 en Estados Unidos. Debate enardecido por una derecha reaccionaria, en contra de una cultura que consideraban atentaba contra la moral, el esp\u00edritu nacional o la religi\u00f3n. Coincide esto con el estreno en el mes de abril de un documental de la HBO,\u00a0Mapplethorpe: Look at the pictures,<\/em>\u00a0dirigido por Faenton Bailey y Randy Barbato.<\/p>\n

La obra de Mapplethorpe, rica y compleja, sigue latiendo con fuerza (aunque por debajo de los precios que se le supon\u00eda), polarizando a los cr\u00edticos, y sobre todo, sacudiendo a sus espectadores. \u201cEsa fue su intenci\u00f3n\u201d, dice Patricia Morrisroe, autora de su \u00fanica biograf\u00eda autorizada, \u201cy se sentir\u00eda muy frustrado si en el 2016 aun lo siguiera haciendo. Es lo que pretend\u00eda: epatar\u201d. Para Paul Martineau, comisario de la exposici\u00f3n del J. Paul Getty Museum y autor de uno de los libros que la acompa\u00f1an, \u201clas exposiciones suponen una magn\u00edfica ocasi\u00f3n para revaluar la obra del artista. Cada una lo hace desde una perspectiva diferente. Confrontan obras que nunca se han visto juntas\u201d.<\/p>\n

Poco antes de marchar al hospital New England Deaconess de Boston, donde muri\u00f3, el artista habl\u00f3 por \u00faltima vez con su bi\u00f3grafa: \u201cno me saques aburrido\u201d, le rog\u00f3. Su primer encuentro hab\u00eda tenido lugar en 1983, cuando la periodista tuvo que entrevistarle con motivo de una exposici\u00f3n en el ICA de Londres: \u201cParec\u00eda un vampiro, en aquel desolador e inquietante\u00a0loft<\/em>\u00a0de Bond Street. Hab\u00eda un colch\u00f3n con s\u00e1banas negras de seda, encerrado en una jaula de alambre. Se sent\u00eda inc\u00f3modo con la luz del d\u00eda, incluso en la oscuridad de su estudio. Entonces resultaba atractivo, con un cierto aire de Rimbaud. Siempre estaba muy p\u00e1lido. Ten\u00eda una mirada penetrante. Su figura era menuda, y llevaba su caracter\u00edstica chaqueta de cuero. Sus ojos estaban vidriosos, tomaba muchas drogas, probablemente estaba puesto. Parec\u00eda una criatura de otro mundo. Pero hab\u00eda algo muy tierno en \u00e9l. No hay duda que pretend\u00eda sorprender, observar y juzgar la reacci\u00f3n que ten\u00edan sus obras en los dem\u00e1s. Conectamos por nuestra procedencia cat\u00f3lica\u201d. Nacido y criado en el barrio de Queens, Nueva York, proced\u00eda de una familia cat\u00f3lica de clase media. A su madre le hubiese gustado que fuese cura pero se qued\u00f3 en monaguillo, atra\u00eddo por el misterio y la est\u00e9tica de la Iglesia. Aprendi\u00f3 entonces a creer en el diablo: \u201cHazlo por Sat\u00e1n\u201d, susurrar\u00eda m\u00e1s tarde al o\u00eddo de sus parejas sexuales.<\/p>\n

La periodista no volver\u00eda a verle hasta 1988, poco despu\u00e9s de que se inaugurase\u00a0The Perfect Moment,<\/em>\u00a0la gran retrospectiva del artista celebrada en el Whitney Museum de Nueva York. En una silla de ruedas, vestido con un estiloso esmoquin, pajarita, zapatos de terciopelo negro con sus iniciales bordadas en oro y su bast\u00f3n con empu\u00f1adura de calavera, su aspecto delataba su fin. Pero all\u00ed estaba para observar el brillo de su fama y la conmoci\u00f3n que produc\u00edan sus im\u00e1genes homoer\u00f3ticas. \u201cMuri\u00f3 en el c\u00e9nit de su carrera, sabiendo que hab\u00eda conseguido todo lo que se hab\u00eda propuesto. La b\u00fasqueda de la notoriedad y el arte hab\u00edan ido de la mano a lo largo de su vida y hubiese sido muy miserable de no haber obtenido fama. Su obra hab\u00eda empezado a venderse con mucha rapidez una vez que se conoci\u00f3 su enfermedad\u201d. Sin embargo, a la periodista le cost\u00f3 convencer a la editorial Random House de la necesidad de hacer una biograf\u00eda, ya que su fama abarcaba solamente a la comunidad art\u00edstica. Fue a partir de junio de 1989 cuando su leyenda se extendi\u00f3: El Corcorian Gallery de Washington cancelaba su retrospectiva y al a\u00f1o siguiente el director del Cincinnati Contemporary Arts Center fue juzgado por obscenidad. \u201cA Mapplethorpe le hubiese encantando verlo, se\u00f1ala Morrisroe, todo el mundo del arte se alz\u00f3 en la defensa de la libertad de expresi\u00f3n\u201d.<\/p>\n

Paul Martineau considera que \u201ces hora de valorar la obra por sus propios m\u00e9ritos alejada de las controversias que caus\u00f3 en su d\u00eda\u201d, sin embargo, Morrisroe insiste en que sin la controversia no estar\u00edamos hablando de \u00e9l: \u201c\u00bfD\u00f3nde hubiese llegado, si solo hubiese hecho retratos? Fueron sus fotograf\u00edas sobre sexo las que le dieron notoriedad. Su meta fue convertir la pornograf\u00eda en arte y as\u00ed me lo hizo saber. Se sent\u00eda muy c\u00f3modo llam\u00e1ndolo pornograf\u00eda. Arte s\u00ed, pero pornogr\u00e1fico\u201d. Gestionaba el mercado del arte con gran habilidad, dividiendo su obra en tres partes: \u201cSus hermosas flores, aunque de evidente carga er\u00f3tica, pod\u00edan colgarse sin problema en las paredes de cualquier hogar; los retratos de factura cl\u00e1sica del\u00a0beaumonde<\/em>\u00a0eran una forma f\u00e1cil de ganar dinero y le abr\u00edan paso a las altas esferas que tanto le atra\u00edan; pero su serie S&M (sadomasoquistas) le convert\u00eda en el provocador que atra\u00eda la notoriedad\u201d, se\u00f1ala la bi\u00f3grafa. \u201cAunque no creo que esto fuera premeditado, era instintivo por naturaleza\u201d.<\/p>\n

Patti Smith, fue crucial en la vida del fot\u00f3grafo. Su libro\u00a0\u00c9ramos unos ni\u00f1os<\/em><\/a>, es un emotivo y tierno tributo a aquellos tiempos de pureza e inocencia, en los que se adentraron juntos en las desafiantes aguas de la bohemia del Village, del Chelsea Hotel, del Max\u00b4s Kansas y del Factory. Actualmente est\u00e1 siendo adaptado a una serie de televisi\u00f3n. Sin embargo, se ha mostrado muy contraria a la imagen negativa, manipuladora e incluso racista que Patricia Morrisroe mostr\u00f3 en su biograf\u00eda\u00a0Mapplethorpe: A biography<\/a>,<\/em>\u00a0publicada en 1995. \u201cCreo que defraud\u00f3 a muchos de quienes le conocieron, porque utilizaba a la gente. Me autoriz\u00f3 a escribir lo que quisiera. Curiosamente le agradaba que fuese una mujer la que escribiese su biograf\u00eda, ya que tem\u00eda que se le clasificase como un fot\u00f3grafo gay. No hubo ning\u00fan tema que no toc\u00e1semos o \u00e9l escondiese. Desde la perspectiva actual creo que mi biograf\u00eda fue bastante justa. Y no creo que Mapplethorpe sea un caso aislado a la hora de manipular en un mundo que se mueve tan r\u00e1pido como el del arte. Iba con la velocidad de una bala, pero dejo muchas v\u00edctimas a su paso\u201d.<\/p>\n

Fue Sam Wagstaff quien realmente cre\u00f3 a Robert Mapplethorpe. Hombre exquisito, rico y de amplia cultura, su amante y benefactor le puso en contacto con la alta sociedad a la que gustaba provocar enfundado en un pantal\u00f3n de cuero, que sujetaba con un cintur\u00f3n en cuya hebilla se le\u00eda ‘Shit’. Luego se perd\u00eda en los clubs gais donde reclutaba modelos para sus sesiones sadomasoquista. \u201cSu autorretrato, con el mango de un l\u00e1tigo de cuero insertado en su ano, dej\u00f3 absolutamente claro hasta donde estaba el artista comprometido con su proyecto\u201d, comenta Paul Martineau.<\/p>\n

\u201cLa fotograf\u00eda era el medio de expresi\u00f3n perfecto para \u00e9l, se\u00f1ala Morrisroe, ya que le gustaba trabajar de forma r\u00e1pida. Era una criatura totalmente visual. No le gustaba leer (solo le\u00eda las p\u00e1ginas de cotilleo del New York Post), pero era muy permeable a la informaci\u00f3n\u201d. Wagstaff pose\u00eda una de las colecciones de fotograf\u00eda m\u00e1s importantes de Am\u00e9rica, a trav\u00e9s de la cual Mapplethorpe pudo estudiar la evoluci\u00f3n de este medio. Mientras el cr\u00edtico de arte Robert Hughes, uno de sus m\u00e1s ac\u00e9rrimos detractores, se\u00f1alaba las claras influencias de Weston, Horst y Baron von Gloeden, el fot\u00f3grafo se distanciaba de ellas definiendo la obra de Weston como \u00abfr\u00eda\u201d. \u201cNunca me nombr\u00f3 a ning\u00fan otro fot\u00f3grafo, destaca su bi\u00f3grafa, en su mundo solo exist\u00eda uno: Robert Mapplethorpe\u201d.<\/p>\n

\u201cEra un hombre simple a la vez que complicado. Exist\u00edan muchas zonas grises que me hubiesen gustado penetrar, pero no lo consegu\u00ed. Exist\u00eda una parte en \u00e9l que era muy dulce y ani\u00f1ada y otra muy cruel. Se puso muy nervioso cuando se enter\u00f3 que sus padres iban a ir al Whitney a ver su obra. Eso me impact\u00f3\u201d, concluye Morrisroe.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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